El Señor es mi Pastor
El Señor es mi Pastor,
nada me puede faltar,
nada me puede faltar.
El Señor es mi pastor,
que no me priva de nada,
en las praderas fresquitas
de pasto verde me sacia
y me lleva a los arroyos
donde el agüita es más clara.
Como una cuestión de honor
se preocupa de mi vida,
me lleva por buena senda
y me asiste en las fatigas
y yendo con el no temo
las quebradas más ariscas.
Saber que Él marca mi rumbo
me sosiega y tranquiliza.
El me brinda su confianza
hasta entre gente enemiga,
me hace sentar a su mesa
y en su copa me convida.
¡Qué lindo saber que tengo
su cariño y su alegría,
que siempre vendrán conmigo
a lo largo de mi vida,
y un día será mi casa
la casa donde Él habita.