El Papa saluda a las personas presentes a la salida del Hospital A. Gemelli de Roma. (AFP or licensors)

Vatican News

Al salir del hospital, el Pontífice bajó del coche y saludó y bendijo a la gente que estaba fuera. Abrazó a una pareja que perdió a su hija el pasado viernes por la noche, deteniéndose a rezar con ellos. Después, el Santo Padre se dirigió a la Basílica de Santa María la Mayor, deteniéndose a rezar ante el icono de María, Salus Populi Romani.

En la entrada del Gemelli, el Papa habló también con algunos de los periodistas presentes, congregados en el aparcamiento del Gemelli desde el amanecer, con los que bromeó sobre su estado de salud. «Sigo vivo», dijo con una sonrisa, confirmando que mañana por la mañana, domingo 2 de abril, estará en la plaza de San Pedro para la misa del Domingo de Ramos y el Ángelus. «Solo sentí molestias, pero no tuve miedo», dijo el Papa Francisco a los periodistas, refiriéndose a sus problemas respiratorios del pasado miércoles.

Preguntado por un periodista si hubo algún momento hermoso durante sus días en el hospital, Francisco dijo que le impresionó la gente que trabaja en el hospital: «Ser médico, ayudar al personal, limpiar, en el hospital se necesita heroísmo y mucha ternura con los enfermos. Los pacientes son volubles, todos, la volubilidad es algo que viene con la enfermedad. Se necesita paciencia… Admiro mucho a la gente que trabaja en el hospital, ayer estuve con los niños y vi con qué ternura cuidaban de ellos».

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