Hemos comulgado con la Palabra y la Eucaristía este domingo, o sea, hemos bebido en la fuente de nuestra salvación, en Jesús. ahora a vivir una nueva semana con dudas, incertidumbres, problemas, ilusiones y muchas otras cosas… pero sin sed, no tenemos sed, estamos llenos de Jesús.
A vivir la semana entonces, a dar vida, a contagiar lo que nos llena.

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