En el principio, cuando soñaste todo, «dibujaste» todo, creaste todo, llamaste a todo a la vida, a todos, Señor. Ya ahí estaba tu Verbo, nuestro Jesús. Y cuando hubo que recrear todo, el verbo estuvo acá, con nosotros, entre nosotros, como nosotros, por y para nosotros.
Es domingo, es primer día, es creación, es Día del Señor, día de estar con Jesús una vez más y Él con nosotros… siempre!!!!!
La espera
Me esperas cada día. Siempre vienes,
no cesas de llegar desde el silencio
hasta el sol de mi puerta. Tiras piedras
suaves y pequeñas, transparentes
al cristal de mi cuarto y de mis ojos.
No descorro mi voz. No me doy cuenta
de que Tú estás ahí, que esta hora
es otra vez tu cita. No distingo
tu llamada. Mañana,
esta siesta, este ocaso, en esta noche
también vendrás, Tú nunca
dejarás de llegar.
Hasta que un día
saldré por fin, lo sabes, y en tus manos
pondré cuanto me esperas y me diste.
(Valentín Arteaga)