¡Gracias Jesús! ¡Que buen dato! Porque la verdad uno no sabe qué decir. El mundo no deja de sorprendernos, cuando pensamos que tocamos fondo seguimos cayendo y uno ensaya respuestas pero no salen. En cambio tu palabra, por la acción del Espíritu es la gran respuesta, 100% confiable que además nos permite mantener viva la esperanza y saber mirar las señales de tu Reino que también están presentes entre nosotros.
Dichosos si al leer estas palabras se llena nuestra alma de paz y esperanza… El «mundo» y «sus dioses» no están en nuestro corazón. Que podamos hacer un lugar para que sólo Jesús reine en nuestra vida.
Quisiera compartir esta oración, este coloquio, espero gusten.
Ay de ti si tu vida se va diluyendo
entre las prisas y los agobios.
Ay de ti si vives con los ojos cerrados
a tantos milagros cotidianos.
Ay de ti si dices que me amas
y luego solo te buscas a ti mismo.
Ay de ti si miras para otro lado
cuando te encuentras un hermano
caído en el camino.
Ay de ti si acumulas y acaparas sin freno,
y te olvidas de compartir con los pobres.
Pero…
Dichoso tú si en medio de las prisas y los agobios
percibes mi presencia de paz.
Dichoso tú si en cada rincón de tu existencia
ves un milagro de mi mano.
Dichoso tú si cuando dices que me amas
haces verdad este amor sirviendo a los más débiles.
Dichoso tú si vives con ojos abiertos y manos extendidas
ante los descartados de la tierra.
Dichoso tú si tu alegría te lleva a desprenderte de algo de lo que acumulas
para que otros puedan gozar de una vida más digna.
(Fermín Negre)