Poner la salvación en Dios y nuestras esperanzas de perdón, reconciliación y liberación en Él es el camino correcto. Entre tanto falso profeta, salvaciones engañosas, poderes injustos y nosotros mismos, en la Iglesia, fríos, apagados, volver al Señor y confiar en su poder y misericordia, es camino de esperanza cierta y de una sana reconciliación con Dios, con los hermanos y hasta con nosotros mismos.