«SEAN MISERICORDIOSOS, COMO EL PADRE DE USTEDES ES MISERICORDIOSO. NO JUZGUEN Y NO SERÁN JUZGADOS» (Lucas 6, 36- 38)
«No debe juzgarse sobre las cosas inciertas y de poca importancia que no tienen ni apariencia de pecados, o que no son graves ni están prohibidas.
Y difícilmente se encontrará alguno -ni padre de familia, ni religioso- que no incurra en este error; son también éstas, insidias de tentación diabólica, porque el que se ocupa en juzgar los defectos ajenos con severidad, nunca se hará acreedor al perdón de sus propios pecados; por lo que dice: “Y no seréis juzgados”. Así como el piadoso y manso reprime el temor de los pecados, así el severo y cruel lo aumenta con sus propios crímenes». (San Juan Crisóstomo)
Breve oración para rezar este día:
QUE YO COMPRENDA, PADRE MÍO,
AL QUE SE QUEJA Y RETROCEDE
QUE EL CORAZON NO SE ME QUEDE
DESENTENDIDAMENTE FRÍO. AMÉN.