
El Papa Juan Pablo II lo había anunciado durante la canonización de Sor Faustina Kowalska, el 30 de abril: «En todo el mundo, el segundo domingo de Pascua recibirá el nombre de domingo de la Divina Misericordia. Una invitación perenne para el mundo cristiano a afrontar, con confianza en la benevolencia divina, las dificultades y las pruebas que esperan al genero humano en los años venideros».
- Debemos confiar en la Misericordia del Señor
- La confianza es la esencia, el alma de esta devoción y a la vez la condición para recibir gracias.
- La misericordia define nuestra actitud ante cada persona.
- La actitud del amor activo hacia el prójimo es otra condición para recibir gracias.
- El Señor Jesús desea que sus devotos hagan por lo menos una obra de misericordia al día.