Roma (Italia) (AICA): En un signo de cercanía y afecto, el papa Francisco se reunió esta tarde con siete familias formadas por jóvenes que en los últimos años han dejado el sacerdocio. La visita se enmarca en el “Viernes de la Misericordia”, que el pontífice lleva a cabo una vez por mes.
En la tarde de hoy, el papa Francisco se dirigió a Ponte di Nona, un barrio de la periferia de Roma, donde visitó a siete familias formadas por jóvenes que en los últimos años han dejado el sacerdocio.
En el marco de los “Viernes de la Misericordia”, que consisten en obras misericordiosas llevadas a cabo por el pontífice una vez por mes, Francisco ha querido en esta ocasión mostrar cercanía y afecto con estos jóvenes que han tomado una decisión a menudo no compartida por sus hermanos sacerdotes y familiares.
Luego de dedicarse durante años al ministerio sacerdotal, su elección de sacerdocio fue afectada en algunos casos por la soledad, la incomprensión o el cansancio producto de su gran compromiso de responsabilidad pastoral, y luego de algún tiempo de incertidumbre, han dejado el presbiterado para luego formar una familia.
A pocos días de concluir el Año de la Misericordia, el Papa se ha acercado a estos hombres, cuatro de ellos provenientes de la diócesis de Roma, donde han sido párrocos; uno de Madrid y otro de Latinoamérica, residentes en Roma; y el último proveniente de Sicilia.
La llegada del Santo Padre fue sorpresiva y generó entusiasmo en los niños, que corrieron a abrazarlo, y emoción en sus padres, que apreciaron de manera especial su visita, sintiendo su proximidad y su afecto, sin juicios.
Los sacerdotes,que dejaron el ministerio, compartieron sus testimonios con el Papa y las consideraciones acerca de los procedimientos jurídicos de los casos individuales, que el Santo Padre escuchaba con interés personal.
Mediante este gesto, el Papa ha mostrado una nueva señal de misericordia, un gesto de amor hacia quienes viven en situación de malestar espiritual o material.