Espíritu Santo! Luz clarísima que ilustró el entendimiento de los santos Apóstoles, comunicándoles, como Sol divino, toda la luz que necesitaban para su perfección y para la conversión del mundo: llena ¡luz santísima! todos los rincones de nuestro interior, para que te conozcamos y demos a conocer a todo el mundo; y la gracia que te pedimos en esta Novena, si es para mayor gloria de Dios y bien de todos. Amén.

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